AlzheimerPresentación del Reporte Mundial sobre Alzheimer 2014 "Demencia y reducción de riesgo: un análisis sobre protección y factores modificables de riesgo"
La Dra. Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció que la demencia es una prioridad de salud pública debido a su gran impacto en la salud y las dimensiones sociales y económicas que afectan al individuo, la familia, la sociedad y los sistemas de salud y sociales de una nación.
En el informe "Demencia: una prioridad de salud pública", publicado por la OMS en el 2012, la Dra. Chan hizo un llamado a las autoridades y líderes mundiales, incluyendo a funcionarios de gobierno, decisores y otras partes interesadas, a reconocer el impacto de la demencia como una creciente amenaza para la salud mundial y a tomar medidas para responder a esta condición limitante que contribuye a la carga global de enfermedades no transmisibles.

Este año, como parte del mes mundial del Alzheimer y conjuntamente con la celebración del día mundial del Alzheimer que se celebra el 21 de septiembre, la Asociación Internacional de la Enfermedad de Alzheimer (ADI, siglas en inglés) presenta el Reporte Mundial sobre Alzheimer 2014 titulado "Demencia y reducción de riesgo: un análisis sobre protección y factores modificables de riesgo".

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Alzheimer: un padecimiento de cuidado

Cortesía de: Autor: Lisandra Fariñas Acosta | lisandra@granma.cu 19 de septiembre de 2014 22:09:33

Periodico Granma

Cada 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, fecha elegida por la Organización Mundial de la Salud y la Federación Internacional de Alzheimer, con el propósito de dar a conocer la enfermedad, cómo prevenirla y solicitar la solidaridad de la población en general, instituciones y organismos oficiales Cuando en 1906 el psiquiatra y neurólogo alemán Alois Alzheimer describió por primera vez los síntomas de la enfermedad que luego llevaría su nombre, quizás no imaginó que más de un siglo después las demencias, y en particular el alzheimer se convertirían en un desafío para los sistemas de salud, social y económicos del mundo. Se trata de un trastorno degenerativo y progresivo del cerebro, que se desarrolla en un periodo de años, siendo la más común entre las más de sesenta causas conocidas de demencias. Los expertos advierten que en el 90 % de los casos esta enfermedad se desarrolla después de los 65 años, con una prevalencia que se duplica cada década sucesiva de la vida. Estadísticas sanitarias en el mundo señalan que para el año 2025, dos tercios (el 71 %) de las personas con demencia vivirán en los países en vías de desarrollo, lo cual representa un enorme reto teniendo en cuenta las necesidades de cuidados que generará. Hoy las demencias constituyen la tercera enfermedad en costos económicos superada solo por los padecimientos cardiovasculares y el cáncer. Pérdida gradual de la memoria, afectación de la capacidad para ejecutar tareas cotidianas, desorientación y empobrecimiento del lenguaje son algunos de los síntomas comunes de las demencias. Manifestaciones del comportamiento como agresividad física y verbal, alucinaciones e ideas de daño, también pueden ocurrir. Muchos de estos síntomas pueden pasar inadvertidos y considerados erróneamente co­mo parte del envejecimiento “normal” de la persona, propiciando así diagnósticos tardíos. “La familia sigue viendo los trastornos de memoria como parte del envejecimiento y no acude al médico. Mientras más temprano se diagnostique al paciente, mejor será el pronóstico y evolución, se podrán emplear mayores recursos terapéuticos, trabajar la estimulación cognitiva, preparar la familia y enlentecer el curso de la enfermedad”, explica a Granma el doctor Juan de Jesús Llibre Rodríguez, presidente de la sección cubana de Alzheimer. Más de la mitad de los casos de Alzheimer están asociados a siete factores de riesgo modificables tales como: tabaco, sedentarismo, obesidad, escasa actividad mental, hipertensión, diabetes y depresión. Reducir a un 25 % la presencia de estos conlleva a disminuir el riesgo de enfermar, refiere el especialista. DEMENCIAS EN CUBA El escenario demográfico cubano está caracterizado por un creciente envejecimiento po­blacional, que asciende a un 18,3 %, según el Censo del 2012, y de transición epidemiológica, hacia enfermedades crónicas no transmisibles. De cara a este panorama, es hoy un desafío perfeccionar y desarrollar en el país servicios dirigidos a la población enferma, en riesgo de enfermar y a las familias, así como de trabajar en una estrategia nacional que permita afrontar las demencias y sus factores de riesgo. De acuerdo con el estudio Epidemiología, diagnóstico e impacto de las demencias y otras enfermedades crónicas no transmisibles en adultos mayores cubanos, realizado entre el año 2002 y el 2012, una de cada diez personas de 65 años y más desarrolla una demencia. De estos, más de la mitad constituyen casos de enfermedad de Alzheimer, por lo que se estiman en 150 mil las personas con demencia en el año 2013, es decir el 1,3 % de la población cubana, con una proyección de incremento a 273 mil en el 2030 y 441 mil en el 2050. So­lamente están diagnosticados la mitad de los casos, con una incidencia de aproximadamente 28 mil casos nuevos por año, puntualizó. LOS CUIDADOS: EL MAYOR DE LOS RETOS Al hablar de las demencias —que constituyen la primera causa de discapacidad en los adultos mayores— los expertos coinciden en que el mayor costo de esta enfermedad es humano, cuyas dimensiones son inestimables y que sufren no solo los enfermos, sino la familia, dentro de la cual la mayor carga recae generalmente en las mujeres. El cuidador será testigo de la pérdida de las capacidades intelectuales de su ser querido, y dedicará muchas veces parte de su vida a brindar afecto y cuidados a esa persona, que con el progreso de la enfermedad puede que llegue a no reconocerlo. Un sufrimiento que pone a prueba la paciencia del cuidador, pero también la dignidad y el sentido de la solidaridad de los seres humanos. Las estadísticas confirman que por cada paciente, existen al menos dos familiares afectados por las tareas de cuidado, las cuales causan estrés y afectación física y psíquica. En las etapas más avanzadas de la enfermedad, la persona con demencia requerirá supervisión y cuidado las 24 horas del día, incluyendo asistencia en actividades de la vida diaria como la alimentación, vestuario y el baño. El portal web del Centro de Estudios del Alzheimer recomienda a los cuidadores que “puesto que las habilidades de la persona para aprender y cambiar están limitadas, aquellos a su alrededor deben adaptarse y tener expectaciones realistas. La persona confusa se sentirá más a gusto en un ambiente con el cual está familiarizada”. “Constancia de actitud y en la rutina diaria servirán de ayuda. Los quehaceres pueden ser simplificados si le resulta difícil tomar decisiones. La repetición y recursos para mantener activa la memoria del paciente, ayuda a prolongar su autosuficiencia. Es importante comprender sus cambios de humor, puesto que el razonamiento no funciona. Persuasión pa­siva y comunicación no verbal pueden ayudar”. De igual forma, señala que es importante pasar tiempo agradable en compañía del pa­ciente y tratar a la persona como adulto.