chikungunya

Virus del chikungunya

El virus del chikungunya o CHIKV, es miembro del género Alphavirus, grupo A en la familia Togaviridae y es un virus ARN monocatenario. El nombre chikungunya deriva de la lengua africana makonde, grupo étnico del sudeste de Tanzania y el norte de Mozambique. Significa ¨aquel que se encorva¨ y describe la apariencia inclinada de las personas que padecen la característica artralgia que se presenta durante esta enfermedad.

Chikunguña, con ñ, es una adaptación adecuada para la palabra chikungunya y aunque la grafía chicunguña, con c, no puede considerarse incorrecta, se recomienda mantener la k. Se recuerda además que se trata de un nombre común, tanto cuando se utiliza aisladamente (chikunguña) como cuando forma parte del nombre de la fiebre o la enfermedad (fiebre/enfermedad del chikunguña), por lo que lo adecuado es escribirlo en minúscula.

La infección producida por este virus (CHIKV) es endémica en países del sudeste de Asia, África y Oceanía y constituye una enfermedad emergente en la región de las Américas. Se transmite al hombre por la picadura del mosquito del género Aedes, especie aegyptis (en las regiones tropicales y subtropicales) y albopictus (en regiones templadas y templadas-frías). El Aedes albopictus es activo a lo largo del día, tiene una vida media más larga que el Aedes aegyptis y prospera en una mayor variedad de acumulaciones de agua que le sirven de criadero, por lo cual es abundante en zonas urbanas, suburbanas y en parques urbanos sombreados. El Aedes aegypti está más asociado a las viviendas y espacios interiores. El ciclo de transmisión es mosquito-humano-mosquito. La incubación de la enfermedad en el humano es generalmente de 3 a 7 días, con un rango entre 2 y 12 días. El periodo de transmisibilidad ocurre mientras dura la fase virémica, aproximadamente hasta 7 días después del inicio de la fiebre.

Para realizar el diagnóstico se deben tener en cuenta criterios clínicos, epidemiológicos y de laboratorio:

  1. Epidemiológicos: Procedencia de los viajeros de zonas de circulación del virus y presencia de los vectores involucrados en la transmisión.
  2. Clínicos: Aparición de la tríada clásica de fiebre alta, rash y dolores articulares.

    La enfermedad tiene tres etapas: aguda, subaguda y crónica.

    Aguda: El periodo agudo de la enfermedad coincide con la máxima viremia. Tiene un comienzo súbito, con fiebre alta de más de 39 ° C, dolores articulares, cefalea, mialgias, lumbalgias, exantema y conjuntivitis. Se extiende de 3 a 10 días. Poco después del inicio de la fiebre se presentan las mialgias y artralgias intensas que limitan los cambios en la postura del paciente. La artritis tiene un patrón poliarticular simétrico y distal, con o sin patrón migratorio, que involucra fundamentalmente los tobillos, las muñecas y las pequeñas articulaciones de las manos. Con menos frecuencia afecta los codos, rodillas, hombros, caderas, y temporomandibulares. También puede afectar la columna vertebral. El dolor tiende a ser peor en la mañana, se alivia por el ejercicio leve, es agravado por los movimientos bruscos y en algunos casos es tan intenso que produce incapacidad funcional.

    El eritema aparece entre 2 y 5 días después del inicio de la fiebre en aproximadamente la mitad de los pacientes. Es típicamente maculopapular, incluye tronco y extremidades y puede afectar palmas, plantas y rostro. También puede presentarse como un eritema difuso que palidece con la presión. En los niños pequeños, las lesiones vesicobulosas son las manifestaciones cutáneas más comunes.

    Subaguda: Durante  2 o 3 meses despues de la infección, algunos pacientes pueden sufrir recaídas, con síntomas de dolores reumáticos (poliartritis distal); alteraciones vasculares periféricas (síndrome Raynaud), síntomas depresivos, fatiga y debilidad.

    Crónica: Se presenta después de tres meses y puede persisitir entre 18 meses y tres años, con artralgia, fatiga y depresión.

  3. Laboratorio: Puede aparecer ligera trombocitopenia, linfopenia y leucopenia así como pruebas de función hepática elevadas. La velocidad de sedimentación globular y la Proteína C reactiva están generalmente elevadas. Se detectan en el suero anticuerpos IgM cinco días después del inicio de la fiebre e Ig G después de 10 a 14 días. Entre un 3 y un 28 % de las personas con anticuerpos para el CHIKV tiene infecciones asintomáticas. Otro examen utilizado es la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa reversa. (RT-PCR). El examen microbiológico de la muestra de suero se realiza en la etapa aguda.

Las complicaciones y las formas graves de la enfermedad son más frecuentes en las personas con determinados factores de riesgo como los niños menores de un año, adultos mayores de 65 años con enfermedades crónicas , las embarazadas, los pacientes con formas severas en la etapa aguda de la enfermedad y la preexistencia de trastornos articulares. Entre las complicaciones descritas están la falla respiratoria, descompensación cardiovascular, meningoencefalitis, hepatitis agudas y manifestaciones cutáneas graves como descamación y lesiones bulosas. Existen casos atípicos con manifestaciones clínicas neurológicas específicas como síndrome de Guillain Barré, oculares como neuritis óptica, cardiovasculares como miocarditis, dermatológicas como hiperpigmentacion fotosensible y otras como dermatitis, pancreatitis, etc.  Rara vez causa la muerte.

El diagnóstico diferencial debe hacerse con enfermedades como leptospirosis, paludismo, mononucleosis infecciosa, infección por VIH, exantemáticas de la infancia, artritis posinfecciosa y artritis idiopática juvenil. El diagnóstico diferencial con el dengue es muy importante ya que clínicamente es difícil la diferenciación entre ambos. Ambas enfermedades son transmitidas por el mismo vector, tienen manifestaciones clínicas similares y pueden ocurrir al mismo tiempo en un mismo paciente. En la infección por CHIKV el inicio es más agudo y la duración de la fiebre mucho menor. La erupción maculopapular es más frecuente y el dolor articular es mas localizado e intenso. Rara vez ocurre shock o hemorragia graves. El dengue puede tener una evolución más tórpida, ocasionando inclusive la muerte.

El tratamiento es fundamentalmente sintomático, no existe un tratamiento antiviral específico. Se debe tener precaución con el uso de esteroides por el riesgo de reactivación de manifestaciones reumatológicas tras su retiro. Evitar el uso de acido acetil salicílico por el riesgo de sangrado y aparición del síndrome de Reye en niños menores de 12 años. Entre las medidas preventivas se debe mantener la lucha antivectorial y la vigilancia epidemiológica.

Alfavirus

Fuentes: